Apostados y erguidos,
fieles vigilantes.
claros entre la oscuridad
Sin un pasar desapercibido.
Con tu elegante silueta,
armado de hierro de pies a cabeza,
con tu yelmo incandescente.
Incansables, imbatidos,
firmes taciturnos.
Resguardando el camino hacia el gigante.
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